Hoy os presentamos un aperitivo con un sabor distinto, original. Es, sin duda, el perfecto complemento para la hora del vermut ya que para su elaboración utilizamos Martini blanco. Además, resulta muy agradable al paladar y está indicado para estos tiempos de crisis, ya que resulta muy económico.
Para elaborarlo necesitamos champiñones (la calidad es un grado), vermut blanco, una cucharada de mostaza, un poco de azúcar moreno, el zumo de un limón, pimienta negra, sal, aceite de oliva y un poco de parmesano rallado.
Lo primero, después de limpiar los champiñones, es cortarlos muy finos y colocarlos sobre un plato llano. En un bol aparte, mezclamos unas cuatro cucharadas de vermut blanco, con el zumo del limón, la mostaza, el azucar moreno, la pimienta, la sal y el aceite de oliva. Extendemos este liquido sobre los champiñones y dejamos macerar en el frigorífico al menos tres horas.
Ya solo nos falta elegir un palillo luminoso y ensartar unas cuantas láminas de queso. Adornamos con unas lascas de queso parmesano.
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