Blinis con albóndigas


Dicen los estudiosos de la gastronomía que en la antigua Roma ya se servían "albóndigas" en los banquetes que organizaban los nobles y patricios.   Y es que la idea de picar la carne, aderezarla y servirla en bolitas es un recurso que sólo utilizaban las clases más altas de la sociedad.  Sin embargo, lo que en origen se ideó como comida de "ricos", se  ha ido transformando hasta alcanzar, en la actualidad, su condición de receta casera y hogareña.    Así, cuando nos preguntan, la mayoría no recordamos las albóndigas de "este" o "aquel" restaurante, sino que respondemos que las mejores son las de nuestra niñez.  Esas que elaboraban nuestras madres.   Debido a esta "universalización", elaborar una receta "única" de albóndigas es muy complicado.   Por eso, aquí lo que os proponemos es utilizar "vuestras" albóndigas como recurso para sorprender a amigos y familiares.

Para la ocasión lo que hemos hecho es elaborar unos mini-blinis caseros.   Los podéis encontrar en algunas tiendas gourmet o, en su defecto, cocinarlos vosotros mismos con una receta muy sencilla: 

La receta:  Necesitamos 1 huevo, un yogur natural, medio sobre de levadura, la medida de un baso de yogur con harina y una pizca de sal.   Mezclamos todos los ingredientes.  Ya solo hace falta calentar una sartén engrasada con aceite a media temperatura.   Depositamos nuestra mezcla en la cantidad que necesitemos (para los mini-blinis con 3-4 centímetros de diámetro bastan).

Lo dicho, con los mini blinis elaborados, cortamos nuestra-vuestras albóndigas caseras por la mitad y la salseamos con un puré elaborado a base de tomate, ajo, cebolla, pan frito y almendras.   El resultado, como muestra la imagen es un aperitivo resultón, sabroso y elegante.   Buen provecho.

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