En algunos bares del sur de España, sobre todo en zonas costeras como Almería, el pulpo frito es una tapa de prestigio. De esas que hacen apetecible un local por el mero hecho de ofrecerla en su catalogo de tapas. Eso si, el pulpo frito que se suele ofrecer en esos bares es un "pulpito" de cuarto de kilo que se reboza y se fríe sin trocear. O sea, es una tapa contundente.
Hoy, sin embargo, lo que os proponemos es "otra" manera de servir y degustar el pulpo frito. Para comenzar partimos de un pulpo cocido de tamaño medio. Utilizamos una de sus patas y la partimos en rodajas finas. A continuación preparamos una tempura a base de cerveza. Y freímos apenas uno o dos minutos. El resultado es un trozo crujiente de pulpo que podemos, si queremos complicarnos la vida, acompañar con la salsa que más nos guste.
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