Hoy vamos a cruzar medio mundo para presentaros una tapa oriental, cien por cien. Es, sin duda, la delicia de los que presumen de estar a la última en gastronomía y, como subtitulamos, constituye un signo evidente a la hora de demostrar que tenemos un cierto "prestigio social". Se trata de una tapa en la que el "producto" es lo fundamental ya que apenas si lo manipulamos. En definitiva lo que os proponemos es disfrutar de todos los sabores que proporciona el pescado crudo.
Para la ocasión hemos elegido un pescado mu fácil de conseguir: Lomo de salmón que, evidentemente, previamente hemos congelado para eliminar cualquier posible contaminación con anisakis. Una vez descongelado, lo único que necesitamos es un buen cuchillo, muy afilado y una cierta pericia en el corte para conseguir pequeñas láminas de salmón de unos milímetros de espesor. Lo acompañaremos con salsa de soja en la que, previamente, habremos diluido un poco de pasta de wasabi.
Dado lo delicado del producto, lo mejor, y más divertido, es cortar y degustar esta tapa de salmón directamente en el mesa junto a nuestros invitados.
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