Este invierno hemos descubierto el sabor de un producto de la tierra que, hasta el momento, apenas si habíamos utilizado en la elaboración de nuestras tapas. Estamos hablando de la butifarra, un embutido ligado tradicionalmente a Cataluña y que tiene muchísimas aplicaciones.
En un post anterior os presentamos un bocado a base de butifarra, huevo y piquillos. Hoy os proponemos otra alternativa, igualmente sabrosa y contundente. Se trata de vincular el sabor de la butifarra a la plancha con la cremosidad y contundencia de una tostada de queso azul. El conjunto lo matizamos con el color que nos aporta un pimiento del piquillo.
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