Tres cosas hay en la vida: patata, beicon y huevo... Y el que tenga estas tres cosas, que le dé gracias al cocinero...
Pues si. Parodiando el famoso tema de Cristina y los Stop, hoy os traemos uno de esos aperitivos que sirven para un roto, para un apaño y para una cena con los amigos. Es una tapa , con sustancia, embrutecedora, pero que nunca nos va a decepcionar. Ni nuestros invitados van a quedar decepcionados.
Para elaborar este pintxo, lo primero que tenemos que hacer es cocer unas patatas en abundante agua. Una vez cocidas, machacamos las patatas con un tenedor y con la ayuda de un aro elaboramos un cilindro de un centímetro de grosor, aproximadamente.
Ahora, untamos con mantequilla el cilindro de la patata por ambos lados y lo doramos, por ambos lados, en una sartén, bien caliente. Ya tenemos la base de nuestra tapa. En la sartén freímos, ligeramente el beicon y el huevo.
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