Hoy os presentamos un canapé para impresionar, pese a que, como todas nuestras sugerencias, es muy, pero que muy sencillo. El truco del sabor es mezclar una buena mostaza (nosotros hemos utilizado una mostaza a las hiervas de la Provence, de la marca Cordon Blue) con la jugosidad de un langostino cocido. Todo ello en una dosis, razonablemente pequeña, para que pueda degustarse de un solo bocado. Así que, si os parece, comenzamos.
El primer paso es pelar los langostinos cocidos y dejarlos macerar en una salsa de aperitivo, tipo Espinaler, con un poco de aceite de oliva virgen y un buen puñado de polvo de paprika. Dejamos macerar los langostinos unos 20 minutos.
Mientras, tostamos una rebanada de pan de molde que luego cortamos en cuadrados de unos 3 centímetros de lado. Untamos el pan con una fina capa de nuestra deliciosa mostaza y colocamos encima un trozo del langostino macerado. Espolvoreamos con perejil y listo para degustar este delicioso bocado.
Si os gustan los langostinos, aquí os recordamos otras sencillas y suculentas preparaciones:
Sandwich de langostino y piparra Torera langostino La cojonuda
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