Tosta de Pringá

 


En estos tiempos de frío, la comida se convierte no solo en un placer, sino en una necesidad.  Y, como podemos suponer, el aporte calórico debe ser mayor.  Por eso, en invierno y cuando el frío aprieta, nuestras cocinas se llenar de aromas a puchero, a caldos, sopas y cocidos.  Hoy os queremos hablar, precisamente, del cocido, o mejor dicho, de como reutilizar los restos del cocido.

Existen infinidad de variantes a la hora de hacer un cocido, y todas son válidas.  En nuestro caso, el cocido que hacemos es una variante, burgalesa, del tradicional cocido madrileño.  Tiene, evidentemente, garbanzos, acelgas, patatas, y un surtido de carnes que van desde el tocino, hasta un buen morcillo, pasando por la gallina o el chorizo.   Hasta aquí, nada extraordinario.  La aportación familiar, de la rama burgalesa es la "bola".  La bola es una tortilla elaborada a base de tocino, perejil, pan rallado y ajo que, una vez frita se introduce en la olla para que, junto al resto de las viandas, cueza en el cocido.

Con todos estos ingredientes, que se saborean con deleite el día de su elaboración, vamos a proponeros una tosta, con fundamento, para el día después,

Receta

Para elaborar nuestra tosta, lo primero que necesitamos es una buena rebanada de pan consistente, que vamos a tostar ligeramente.  En cima, y previamente calentada, vamos a colocar un buen trozo de "bola" que adornamos con un poco de chorizo y tocino.  Para aligerar el bocado, picamos un poco de cebolla y perejil.   El resultado, lo podéis comprobar en la foto, es un contundente bocado lleno de sabor y tradición.  Buen provecho.

Si os gusta esta elaboración, en el blog tenemos otras propuestas para disfrutar, en pequeñas dosis, de platos tradicionales:

    Judiones de la granja                               Callos                                              Migas

       






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